Un grupo especial investigará el asesinato de la psicóloga Array Imprimir Array

landivarMaría Marta Landívar fue asesinada de un tiro en su casa. A 3 meses del crimen, no hay detenidos ni pistas firmes. Ahora, un equipo que investiga causas de difícil resolución se hará cargo del caso. Con suma discreción, en los últimos días llegó a Pinamar un grupo de detectives con el único propósito de investigar el misterioso crimen de María Marta Landívar (38) 

Lo solicitó el fiscal del caso, tres meses después de que la joven psicóloga fuera encontrada muerta de un disparo en el living de su departamento. Por el caso no hay detenidos ni pistas firmes . Tampoco se encontraron nuevos elementos que pudieran alterar la situación del ex director de seguridad del balneario, Fernando Miner, con quien la joven había mantenido una relación sentimental, y que se encuentra imputado y procesado por el asesinato.

duplex de landivarEl Ministerio de Seguridad bonaerense concedió enseguida la solicitud al fiscal de Dolores, Diego Bensi, y envió un equipo de investigadores de la Dirección de Casos Especiales.
Se trata de agentes que trabajan en causas de difícil resolución o de fuerte impacto social , como fueron las de Candela Sol Rodríguez, la nena de 11 años secuestrada y asesinada en Hurlingham, y el cuádruple crimen de La Plata. Estos investigadores trabajan con medios y recursos propios y se dedican a cada caso con exclusividad.

La semana pasada, tres agentes se reunieron con el fiscal en Dolores y ya tienen en su poder una copia de la voluminosa investigación, que suma nueve cuerpos y varios anexos.
Lo último que se había concretado fue la identificación completa de todos los pacientes que Landívar había atendido el último año.

“Se siguen diferentes líneas investigativas, pero no son otras que las mismas que se profundizaron desde el comienzo”, contó una fuente de la investigación a Clarín . La más firme de esas líneas de investigación es la que apunta a Fernando Miner, que estuvo doce días preso en una comisaría de Dolores, hasta que una testigo que lo había señalado no lo identificó con certeza en una rueda de reconocimiento.
La Justicia de Garantías, luego, le concedió la libertad.

psicologa landivarMaría Marta Landívar tenía 38 años y se había recibido de psicóloga en la UBA. Le encantaba el paisaje y la tranquilidad del bosque de Pinamar. Por eso se radicó en el balneario y vivió allí los últimos cuatro años. Era de Ayacucho, donde viven sus padres, quienes prefieren no hablar del caso: “No vamos a hacer un circo con esto, sólo queremos Justicia”, se excusó la mamá.

El sábado 19 de mayo, Landívar tenía previsto cenar con amigas en Valeria del Mar. Llamó a una de ellas y le dijo que llegaría más tarde. Pero nunca lo hizo. Por eso, preocupada, después de llamarla varias veces, una amiga avisó a la Policía y fue a buscarla a la casa. Landívar vivía sola en un dúplex que alquilaba en el barrio Golf Chico. La encontraron tendida en el suelo del living, ensangrentada. Le habían disparado.

Parecían dos tiros. Tenía una herida en una mano y otra en la clavícula. Pero luego las pericias confirmaron que fue un solo balazo. Ocurrió que la joven vio a su atacante en el momento en que iba a dispararle e intentó protegerse alzando la mano. La bala, calibre 22, se la atravesó, viboreó en su cuerpo luego de pegarle en la clavícula y le dañó la aorta. No faltó nada: la hipótesis del robo se descartó de inmediato.

En el pueblo comenzaron a conocerse distintas versiones. Hubo pistas que señalaron a una pareja: una vecina dijo que un rato antes de que la chica fuera hallada sin vida vio salir del terreno ubicado al fondo del dúplex una moto manejada por un muchacho y que sentada atrás iba una chica.

“Ella tenía una gorra blanca y cuando me vio –contó la vecina– se tapó la cara”. Al parecer, esa línea no condujo a nada, porque unas semana después, el caso dio un giro rotundo.
En la causa, que los agentes de Casos Especiales ahora desmenuzan en busca de grietas o datos que hayan sido pasados por alto, consta el testimonio de una testigo que contó que oyó una fuerte discusión en la tarde del crimen y que los gritos provenían del departamento de la psicóloga. Pero no supo precisar si se trataba de la voz de un hombre o de una mujer.

La teoría del crimen pasional cobró fuerza.
Landívar y Miner habían tenido una relación cuando ambos trabajaron en la comuna. Ella en su rol de psicóloga, él como director de seguridad.
Testimonios de tres testigos mujeres lo incriminaron a Miner, su casa fue allanada y una semana después del crimen fue detenido. Su versión es que estaba en viaje hacia Buenos Aires cuando ocurrió el asesinato; en la investigación consta que usó su celular cuando pasó por General Conesa.

Miner asegura que con Landívar sólo tuvo “tres o cuatro encuentros informales”, que hacía dos años que no tenía relación con ella. Aunque ahora surgió –de acuerdo a una alta fuente del caso– que un mes y medio antes del crimen, él la llamó al celular y también le dejó un mensaje de texto. Fue un día de la primera semana de abril, a las tres de la madrugada. Pero la psicóloga no lo atendió ni respondió el mensaje.

Fuente Clarín

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Lunes, 03 de Septiembre de 2012